La lactosa (= azúcar de la leche) está presente en la leche, los productos lácteos y los alimentos y platos elaborados con ellos.
Normalmente, el disacárido lactosa se descompone en el intestino delgado por la lactasa, una enzima producida en las vellosidades intestinales, y se absorbe en el torrente sanguíneo.
Si hay poca o ninguna lactasa disponible, el azúcar de la leche llega sin digerir a las partes más profundas del intestino, donde las bacterias lo descomponen en gases (principalmente dióxido de carbono e hidrógeno)
y ácidos grasos de cadena corta. Estos productos de fermentación provocan, entre otras cosas, un aumento del flujo de agua hacia el colon, lo que puede causar molestias como hinchazón, heces blandas y pegajosas
o diarrea, dolor abdominal (a veces en forma de cólicos), así como sensación de saciedad, náuseas, eructos e, incluso en casos raros, estreñimiento o vómitos.
Además, la lactosa no digerida se une al triptófano e impide su absorción. Dado que el triptófano es la materia prima para el neurotransmisor serotonina y la hormona del sueño melatonina,
la intolerancia a la lactosa puede agravar la depresión, la sensibilidad al dolor y los trastornos del sueño.
Alimentación en caso de intolerancia a la lactosa
La cantidad de lactosa que se puede digerir varía mucho y depende de la cantidad de lactasa que se produzca en las vellosidades intestinales del intestino delgado.
En casos de deficiencia total de la enzima, incluso pequeñas cantidades (en el rango de miligramos) no son toleradas, aunque esto es poco frecuente.
En muchos casos, todavía se toleran bien entre 5 y 8 g de lactosa repartidos a lo largo del día. Sin embargo, la cantidad tolerable varía de persona a persona
y debe probarse individualmente, preferiblemente evitando por completo los alimentos con lactosa al principio y luego aumentando gradualmente la cantidad de lactosa.
La tolerancia depende principalmente del contenido de lactosa, según la tabla, y de la cantidad consumida. También influye si el producto lácteo se come solo o combinado con otros alimentos
que, por su contenido en grasas, fibra, etc., aumentan el tiempo de tránsito en el intestino, permitiendo que la lactasa tenga más tiempo para descomponer la lactosa.